martes, 16 de junio de 2015

El universo de los motores es inabarcable, por eso aquí nombraremos varios tipos, pero nos concentraremos en los que habitualmente se utilizan en los vehículos actuales.
Yendo de lo general hacia lo particular, la primera diferenciación que podemos hacer está entre los motores de combustión y los eléctricos. En el primer grupo diferenciamos los de combustión externa cómo los de vapor, y los de combustión interna como los nafteros, diésel, a gas, etc.). También están las mecánicas que combinan motores térmicos con eléctricos a las que llamamos híbridas.
Los motores de combustión interna pueden tener varias configuraciones: en línea, en V, en W (como algunos modelos del Grupo VW incluyendo al Bugatti Veyron), en H (de cilindros opuestos y Boxer como en el Porsche 911), radial, axial, rotativo o Wankel (Mazda) y claro, están las turbinas que pueden usarse para mover ruedas como en el Chrysler Turbine. Los motores con pistones pueden tener cantidades de cilindros pares o impares en casi todos los casos.
Dentro de los motores con pistones convencionales, la siguiente distinción se da por la cantidad de tiempos, 2 o 4. Los primeros eran los más usados en motos y en autos como los DKW y se caracterizan por no tener válvulas y ser más simples, pero necesitan llevar el aceite mezclado con la nafta y son cada vez más dejados de lado por temas de emisiones contaminantes. Los segundos, son los que usan casi todos los autos actuales, tienen válvulas, normalmente 2 o 4 por cilindro, pero también hay de 3 (2 de admisión y una de escape) y de 5 válvulas (3 de admisión y 2 de escape).